
En esta “Tierra de la Hamaca Grande”, vale la pena conocer el Museo Comunitario San Jacinto; observar hermosas vistas desde el Cerro Maco, a más de 800 m.s.n.m.; visitar los petroglifos de los antepasados –diseños simbólicos grabados en rocas-, saborear un rico sancocho de gallina criolla en una finca cacaotera o aguacatera y si lo prefiere, un crocante chicharrón con yuca harina durante sus fiestas patronales en agosto. Bienvenido a San Jacinto, tierra de tradiciones y costumbres que se conservan de generación en generación.